Aula Animal

Extraído de Primavera con una esquina rota, de Mario Benedetti.

También el otro día vi por la tele una corrida de toros que es como un estadio donde un señor juega con un mantel colorado y un toro que se hace el furioso pero es buenísimo, y después de muchísimas horas de estar jugando el hombre se aburrió y dijo «no quiero jugar más con ese bicho que se hace el furioso». Pero el toro quería seguir jugando y entonces fue el hombre quien se puso furioso y como era muy necio le clavó aquí en la nuca una espada larguísima y el toro, que ya estaba a punto de pedir la amnistía, miró al señor con unos ojos muy pero que muy tristes y después se desmayó en mitad de la cancha sin que nadie le diera la amnistía. Y a mí me dio tanta lástima que me salió un suspiro finito finito y esa noche soñé que yo acariciaba al toro y le decía chicho chicho igual que le digo a Sarcasmo, el perro de Angélica y el mueve la cola contentísimo, pero en el sueño el toro no movía la cola porque seguía desmayado en mitad de la cancha y yo le daba la amnistía pero en sueños no vale.